El día que se pueda (versión culichi)
por Arantxa Osnaya; fotos: Claudio Castro
El día que se pueda quiero estar en Culiacán. Ya con vestido puesto y un montón de bloqueador, quiero irme caminando a los Tacos Moreno del mercado Garmendia, en el centro: un taco de asada y una pellizcada, por supuesto inundados de guacamole. Saliendo comprarle al señor de la esquina un litro de agua de cebada y de ahí a La Panamá por una rebanada de pay de guayaba verde verde. Quiero caminar por el centro, encontrarme con mi prima y botanear los clásicos culichis: unas papas C&A, unos cevichurros y, porque el calor sólo se quita con más calor, unos tostiesquites. Ya reabierto el apetito, echarnos una tostada de carne de res con su caldito encima en el segundo piso de La Plaza de la Mujer y un raspado para llevar de ciruela con leche quemada de Bajo Cero. Comer en Long River, nuestro restaurante chino de preferencia, un buen arroz frito y un pollo almendrado. Y sólo porque no me quiero ir de Culiacán con el antojo, quiero pasar por un asado sinaloense a la cenaduría La Filo. Para cerrar el día: un helado de ciruela del señor que se pone afuera de El Santuario. Cuando regrese a casa de mi abuela voy a agradecer que hoy decidí ponerme vestido y no shorts.~
[El mapa de Culiacán con estos lugares está abajo en este post; pueden salvarlo acá. Para el día que se pueda. También pueden leer sobre el viaje de HojaSanta a Sinaloa acá.]
