CDMX: Muerte a la oficina
por Mariana Ortiz
Voy a decirlo de una buena vez: muerte a la oficina. La oficina y todo lo que ella representa merecen ser enterrados en el penúltimo círculo del infierno. Así, desde mi odio y mi corazón de freelancera, me ofrecí a buscar hasta el último rincón de lugares donde se puede trabajar sin tener que sumergirse en un ambiente gris, acre, de silencios incómodos, de saludos de beso, de personajes que significan abusos históricos de poder, de salarios paupérrimos que no alcanzan ni un carajo. Lo peor del machismo, del clasismo y del racismo congregados en un edificio en Santa Fe. (Bueno, no lo peor pero sí un episodio bastante feíto.)
Pero así también encontré más de cien lugares. Lo bueno de vivir en la ciudad de México, caótica como extensa, es que ofrece una cantidad interminable de opciones para no tener que ser parte de esa estructura: cafés, sobre todo, pero también salas de té, bibliotecas, centros culturales y hasta una veterinaria por ahí donde una puede sentarse, abrir la libreta, la laptop y un libro, sorber un líquido y entregarse al acto cotidiano de trabajar. Están en el mapa aquí abajo. Vayan al que les quede más cerca. Muerte a la oficina, pero en serio.~