Nespresso: Reciclar al infinito

 

Ilustración por Arantxa Osnaya

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Así que han decidido beber café Nespresso. No podríamos estar más de acuerdo con ustedes. El rango de su oferta es amplio y riquísimo, como el mundo. Hay todas las intensidades del espectro; hay cafés frutales, florales, especiados, amaderados; hay tostados medios e intensamente tostados; hay cafés con notas de miel, de chocolate, de menta. Hay diferentes sensaciones de peso en la boca, hay el gran cuerpo y la ligereza y todo lo que está en medio de esos dos puntos.

Pero, aceptémoslo, hay también un problema. Es este: cada taza de café implica una cápsula de aluminio que puede convertirse en basura. Lo hemos dicho muchas veces: en la industria humana todo problema es la fuente de una solución (y toda solución implicará un problema, así al infinito). Afortunadamente, en cuanto comprendió el problema que implicaba la revolución tecnológica de encapsular el café, Nespresso comenzó a imaginar soluciones.

De entrada, consideró que el material para sus cápsulas debía ser aluminio, que es cien por ciento reciclable. Después, hace ya 25 años, creó un programa de recolección de cápsulas en Suiza. El programa, venturosamente, se extendió y ahora existen iniciativas de reciclaje de Nespresso en 39 países y más de 14,000 puntos de recolección en todo el mundo.

En Australia, por ejemplo, Nespresso se ha aliado con el servicio Australia Post; en Suiza, las cápsulas pueden colocarse en bolsas de Nespresso y ser entregadas al cartero cuando éste entregue el siguiente pedido de café; en Hong Kong los granos de café separados de las cápsulas se envían al Centro de Reciclaje de Residuos Orgánicos para convertirlo en composta. (Los granos de café son ricos en nitrógeno, uno de los tres componentes nutrientes principales utilizados en abono o fertilizante.) En Francia se utilizan grandes contenedores de reciclaje vía el Project Metal, que anima a la recolección de empaques pequeños de aluminio conforme al sistema nacional de recuperación de empaques de ese país, donde se otorgan incentivos en efectivo por cada tonelada que recuperada y clasificada; en Argentinal los granos de café obtenidos durante el reciclaje de las cápsulas son utilizados por Pecohue, un centro de recreación para jóvenes adultos con problemas de aprendizaje, para hacer composta y cultivar vegetales orgánicos; en Estados Unidos, Nespresso ha ampliado su sociedad de reciclaje con United Parcer Service (UPS) de 20 a 48 estados. En México se estableció una planta de reciclaje en Querétaro, que ha estado funcionando desde 2012, y el programa no ha dejado de crecer. Apenas en mayo pasado Nespresso lanzó el programa de reciclaje Drop-off Points, con puntos de recolección de Estafeta (son 400 puntos, así que no hay pretexto). La labor es titánica, como pueden ver.

Pero no individualmente. En este caso la labor es sencilla. Empiecen por solicitar su bolsa de reciclaje cuando compren cápsulas en la tienda, o llamen al 01 800 999 7575, o cuando ordenen en el sitio o en la app. Luego, vayan echando las cápsulas usadas, sin agua, en la bolsa. Cuando la llenen, llévenla a cualquier tienda Nespresso o al punto de recolección asociado con su bolsa. Ellos se harán cargo a partir de ahí. Ustedes nomás recuerden que el aluminio es reciclable al infinito y que el café que queda en la cápsula se convertirá en composta, la cual a su vez servirá para nuevos cultivos –de café o de cualquier otro alimento–. Y que este planeta azul y verde y gris y enorme y rarísimo y hermoso, con sus pequeños, perplejos habitantes –nosotros y todos los demás–, se lo merece.~


Si no saben cuál es su punto de reciclaje más cercano vayan a este link: https://www.nespresso.com/mx/es/store-locator#map-intro