Breve recetario para coprófagos cinematográfic

por Rodrigo Rothschild

Este texto apareció en nuestro especial de cine. Si se lo perdieron, vayan aquí. Oh, y para que no vuelva a sucederles, suscríbanse a HojaSanta.

En la historia de los efectos visuales en el cine existe una poco señalada tradición: comer caca. Tomando en cuenta lo poco práctico que resultaría usar excremento real, la solución obvia ha sido usar alimentos para sustituirla. Es fácil para el ojo confundir una cosa con la otra –sobre todo cuando sacamos al inengañable olfato de la ecuación. Aquí hay algunas recetas memorables, con exitosos o no tan exitosos resultados. Desagradables al ojo pero, según los presentes, no necesariamente al paladar.

Pink flamingos (1972)

Para Pink flamingos, quizás la película con la escena de coprofagia más famosa de la historia del cine, el director John Waters logró que su actriz principal Divine comiera caca de perro. Recién defecada. A cuadro. Sin trucos. Para lograr el efecto y la consistencia deseados, el director y sus canchanchanes alimentaron al perro con puro filete cocido durante tres días seguidos. Se dice que ese perro comió mejor que el resto de la producción.

Sweet movie (1974)

Dusan Makavej es un director, digamos, perverso y en su Sweet movie hizo que sus actores caguen a cuadro. Después, gracias a la magia de la edición y la cocina entrecomillada, sustituyó sus heces por una mezcla de hojuelas de maíz con chocolate. Luego, los hizo ingerir esa mezcla. Nadie parece haberse quejado del sabor. El resultado a cuadro es grotesco y absolutamente realista.

Saló o los 120 días de Sodoma (1975)

Para su visita al círculo de la mierda, Pier Paolo Pasolini alimentó a sus actores con una mezcla de chocolate con mermelada de naranja que al parecer era tan dulce que conseguía que la cara de asco de los personajes fuera genuina. El resultado es uno de los ejemplos menos exitosos, y más lustrosos, en este recetario. La textura y el brillo de la mermelada nos hacen cuestionar, nariz en dedos, lo que estos dignatarios italianos comieron el día anterior.

The help: Historias cruzadas (2011)

Para la escena en la que la sirvienta Minny Jackson le prepara un pay con su propia mierda a su desgraciada patrona Hilly Holbrook en venganza por todos sus maltratos, los de los efectos especiales, timoratos, prepararon un pay de calabaza con colorante café. Se la dejaron barata, y la ilusión tuvo que caer casi al cien porciento en la “calidad” de la actuación de Bryce Dallas Howard.

The human centipede II: Full sequence (2011)

En la primera parte de The human centipede el doctor Heiter secuestra a tres sujetos para realizar un ciempiés humano. Los cose boca con ano para que los alimentos recorran el sistema digestivo de las tres victimas, una a una. El resultado fue aterrador, pero no necesariamente muy gráfico. Luego llegó Human centipede II, en la que un desagradable fan de la primera parte llamado Martin decide hacer su propio ciempiés humano –ahora de doce personas. Por desgracia para el ciempiés Martin carece de los conocimientos científicos del doctor Heiter, y en lugar de coser a sus sujetos los engrapa. Cuando llega la hora de comer, aquí los actores tuvieron que degustar una mezcla de jarabe de chocolate con crema agria que se salía entre las partes mal selladas del experimento. Por fortuna para nosotros, la película es en blanco y negro.

Bajo su responsabilidad, pueden verla acá

Trainspotting: La vida en el abismo (1996)

Al inicio de Trainspotting, el protagonista Renton se echa un clavado al “peor escusado de Escocia” en busca de un supositorio de heroína. El escusado es en verdad terrible, sucio de cabo a rabo. Y si bien aquí nadie se come nada (al menos no a cuadro), el director Danny Boyle decidió cubrir todo ese baño de diferentes tipos y gamas de chocolate. Los reportes del set presumían que el “peor escusado de Escocia” olía más bien a una apetecible chocolatería belga.

2 Girls 1 Cup (2007)

En lo que quizás sea el video porno más famoso (¿infame?) de la era digital es en verdad un tráiler de una película de porno escatológico llamado Hungry bitches. Aquí, dos chicas defecan en un tazoncito, comen caca y después se vomitan en la boca. Mucho se ha dudado sobre la autenticidad de lo consumido. Todo parece indicar que lo que en verdad comieron fue una mezcla de chocolate, crema de café y mantequilla de cacahuate. Los invitamos a que investiguen un poco sobre la mecánica usada para fingir defecar chocolate, crema de café y mantequilla de cacahuate, porque nos da pena describirla aquí.

Posdata. También hay extremos de caca, comestible o no, en las mexicanas Una papa sin cátsup (1995) de Sergio Andrade y Después de Lucía (2012) de Michel Franco. Lástima, sus chefs no quisieron compartir las recetas con HojaSanta.


Acompañen sus películas con palomitas. (A Elogio de las palomitas)