Hotel Cielo Rojo

 

Imagen cortesía de Hotel Cielo Rojo

Tras una carretera rodeada por árboles y coníferas, con un dejo de olor a mar, 40 minutos después de Puerto Vallarta y a tan sólo cinco minutos de Sayulita, te topas con un letrero verde con una flecha hacia la derecha y que dice: San Francisco.

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Es fácil y reconfortante recorrer las seis calles que separan la carretera y el mar. San Pancho, como lo llaman los locales, es un pueblo tranquilo, con énfasis en la sustentabilidad y el bienestar de la comunidad. En cada esquina hay botes de reciclaje para comida orgánica, vidrio y latas. Se ofrecen programas y cursos que favorecen a la educación de los habitantes y a su concientización con respecto al cuidado del medio ambiente y hasta una escuela de circo para niños.

Entre los más o menos 1,500 habitantes y un montón de perros, que son de todos y de nadie, hay un gran sentido de comunidad que se refleja en cada esquina, con pequeñas tiendas de artesanías y textiles, y con decenas de murales hechos por artistas locales.

A cuatro cuadras de la playa, en uno de esos rinconcitos sanpanchenses, se encuentra el Hotel Cielo Rojo. Su decoración ecléctica, que va de fotos en blanco y negro a antigüedades mexicanas, junto con una boutique que vende piezas de diseñadores mexicanos, refleja el verdadero amor por el arte.

Hotel Cielo Rojo fue fundado hace 12 años por Gisela Marin, primera generación nacida en Estados Unidos, pero con raíces mexicanas, quien durante unas vacaciones se enamoró perdidamente del lugar y decidió abrir el Hotel Cielo Rojo para que amigos, familiares y muchos más tuvieran la oportunidad de disfrutar de un pueblo auténticamente mexicano. Es un hotel que integra a sus huéspedes en la comunidad, permitiéndoles abrirse a lo que se trata formar parte de ella.

La filosofía del hotel está basada en tres puntos fundamentales: orgánico, local y sustentable. Pueden sonar como tres simples palabras, pero engloban otras cualidades: celebran la comunidad a través de proyectos sustentables como reciclaje, composta y reforestación, mantienen la cuadra segura, las calles limpias y crean un ambiente seguro para los niños.

En cuanto a lo orgánico, es una forma de vida para Gisela. El hotel está repleto de productos orgánicos 100% mexicanos, como sus productos de limpieza y sábanas, entre otros.

Además, su restaurante es reconocido por ser de los mejores de la zona: se surten con productores de huertas regionales y pescadores locales con los que trabajan en conjunto, los educan y les ayudan a mantener un producto de buena calidad con un proceso responsable. La cocina del lugar se rige bajo esos mismos altos estándares de calidad, con opciones gourmet, saludables y para vegetarianos por igual.

Quedarte en Cielo Rojo es conocer San Pancho desde la perspectiva local. Comer buena comida y terminar todos los días con épicos atardeceres. Es, si quieres, formar parte de la comunidad y compartir su filosofía por unos días.

Puedes visitar su página hotelcielorojo.com o seguirlos en Instagram @hotelcielorojo, para seguir encaminándote hacia unas vacaciones por allá.