Taco de aguacate tatemado

 

Les pedimos a Jorge Linares Vaca y a Pilar García, de Tizne Tacomotora, que imaginaran algo que le hubieran servido a Anthony Bourdain si de pronto les cayera en su taquería. Nos propusieron este taco sencillísimo. Para leer completo nuestro homenaje a Bourdain pueden comenzar aquí. Acá hay un obituario escrito por Javier Elizondo; acá, una memoria viajera de Alina Hernández; acá, un mapa de la ciudad de México mano a mano Bourdain vs Luis Reséndiz; acá, una receta coreana de Bourdain y acá, otra receta homenaje: una cemita poblana. Por último, una playlist: 19 rolas favoritas de Bourdain en los setenta.

texto y receta: Jorge Linares Vaca; foto: GastronautaDF (síganlo en instagram)

06092018_receta-aguacate tatemado.jpg

El último capítulo de No Reservations fue sobre Brooklyn. No había nada más neoyorquino que Anthony Bourdain en Coney Island, subido en la montaña rusa; nada más chingón que Bourdain entrando a Roberta’s con Talib Kweli, lo cual quiere decir que no había nada más neoyorquino y chingón que Bourdain. Hablaba con Omar de The Wire, comía con Talib Kweli en Blanca. De fondo: beats tan melancólicos como esperanzadores. Era el episodio perfecto para conocer esa ciudad. Tu ciudad, Tony. O mejor: una de tus ciudades.

Esa noche soñé que Éric Ripert y tú, Anthony Bourdain, llegaban al restaurante donde trabajaba. Se llamaba Bretón Rosticeros, y era entonces lo más cerca de Brooklyn que yo había estado. Era un restaurante que tenía a NYC en cuerpo y alma. En mi sueño la mafia somalí estaba en una mesa, la mesa junto a la tuya. La presión de mi jefe para que los pollos de Bourdain y Ripert fueran perfectos era tremenda. Y yo estaba tan desenfadado, tratando de calmar a ese cabrón. Pero él no dejaba de gritar: “Wey, si algo sale mal nos van a matar, nos van a matar. ¡No lo arruines!” Todo era bizarro. À la Bourdain. Darle de comer a ese par, a esos amigos: Tony y Éric. (Tan amigos eran que Éric encontró tu cadáver, querido Tony, donde quiera que ahora estés.)

En fin que ese sueño, y hablar de él con mi jefe, nos hizo pasajeros a él y a mí, aunque fuera un instante, de ese barco pirata: la cocina. (Tú la bautizaste así, aunque quién sabe si lo recuerdas. ¿Hay recuerdos donde estás, Tony?) El sueño en que el wey más cabrón, más duro, más chingón del planeta comía algo hecho por nosotros. Era nuestro No Reservations, nuestro Parts Unknown y nuestro Layover todos remixeados. En un mundo tan extraño y terrible y bello como el que habitaste tú, querido Tony, eso podía haber pasado. Servirte un pollo rostizado. Tal vez hubiera pasado. Ya ni pedo, Tony. Nos vemos nunca más. –JLV

INGREDIENTES
50 gramos pimienta negra molida
40 gramos chile guajllo en polvo
20 gramos cebolla molida
40 gramos azúcar
80 gramos sal
1 aguacate de Michoacán
2 tortillas de maíz criollo, de cualquier color, calientitas

Partan el aguacate por mitad, quiten el hueso, empanicen en el rub, coloquen al fuego hasta que tenga tonos negros en partes y se siga viendo rojo de otras. Se puede quemar en cualquier fuego, cualquier flama, en carbón directo. Vale madres.

Sáquenlo de la cáscara y embárrenlo en las tortillas. Sazónenlo con un poco del mismo rub. Eso le hubiéramos preparado en Tizne a Tony Bourdain. No más.~