#Coautorías: El arte efímero de Paco Torreblanca

por Alejandra Cuevas

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Qué bonita es la repostería. Si se me permite el atrevimiento, quisiera abogar porque fuese el octavo arte. La paciencia y minucia detrás de ella, la exactitud y la fría crueldad que los postres tienen hacia una cuando no les presta suma atención y cuidado son cosas que me apantallan día con día cuando nos enfrentamos mi horno, mi estufa, mi refri y yo. Parece trillado. Parece cliché. Pero lo más importante para la repostería es el amor. El amor y su sinónimo: una báscula de alimentos.

Si ustedes como yo son fans de la repostería, seguro que ubican a los hermanos Roca: Joan, Josep y Jordi. Son tres de los personajes más importantes en el mundo gastronómico de habla hispana. (Seguro, como yo, al menos ubican a Jordi por su episodio de Chef’s Table en el que entre muchas otras cosas habla de la presión de ser el hermano menor y su elección por la repostería. Oh, Jordi, te entiendo.) No quiero excluir a lxs que no conocen a los hermanos j –la versión culinaria de los Jonas Brothers, podría decir en un flujo de consciencia–, y por el momento bastará decir que su restaurante en España, El Celler de Can Roca, ha sido nombrado el mejor restaurante del mundo en dos ocasiones y cuenta sus tres estrellas Michelin. Seguro que también ubican a Paco Torreblanca, nombrado el mejor pastelero de España y luego de Europa hace un par de décadas; y en la cocina el tiempo no significa nada más que mejoría y experiencia, ¿que no?

Y la verdad es que siempre es más fácil irnos tras las celebridades gastronómicas de habla inglesa, dejarnos apantallar por el Milk Bar de Christina Tossi o el recién salido del horno Dessert Person de Claire Saffitz del ahora bien muerto Bon Appétit, pero quiero abogar porque intentemos y busquemos cosas diferentes. Al menos por hoy, al menos por ahora: la sociedad ha progresado más allá de la necesidad de chefs y reposteros gringos y británicos (no realmente, pero, oigan, tantita variedad no duele). Complázcanme, ándenlen, no sean malitxs.

Si no son malitxs y van a decidir sí hacerle caso a su humilde servilleta, dense una vuelta (electrónica, no está de más aclarar) este fin de semana por el CCEMx, donde proyectarán el documental Paco Torreblanca, el arte efímero de Domingo Rodes este fin de semana. Esto ya es namás para hacerles enojar, porque ya no está disponible, pero el fin de semana pasado proyectaron Cooking up a tribute, que trata sobre los hermanos Roca; que no se les pase la programación de los dos fines de semana que siguen en el Octubre Gastronómico, para que ya no hagan más corajes.~