Mascotas con hambre

 

óleos: Noel McKenna

Quien haya tenido perros lo sabrá: esos cabrones siempre están tratando de robar un poco de comida. Vivir con perros es vivir con el pendiente. Se distrae uno y ahí están: deshaciendo el bote de basura orgánica. Se distrae uno y ahí están: jalando la servilleta que los lleva a una torta de bacalao. Nos miran con su actitud pasivo-agresiva mientras comemos. “¿No me vas a dar we? ¿Neta? Ah. Va. Chido. Gracias. No no no, no hay pedo. Gracias.” Suena el timbre o el teléfono y ellos aprovechan para robarse lo que queda del croissant. En la calle se roban un vaso que tuvo esquites o una sobra de tortilla que envolvió un suadero o un pedacito de caca. Pero también iluminan la casa con una luz que no se parece a ninguna otra luz y cuando no están falta esa luz que lo baña a uno como ninguna otra luz.~