#PiedradeCocina: Naranjas

 

por Gary Soto

Tim Lewis/flickr

Tim Lewis/flickr

En Naranjas, el poeta chicano Gary Soto describe una caminata por las calles frías de alguna ciudad de su infancia. Como una Polaroid recién tomada, la imagen de dos niños juntando monedas para comprar un chocolate se va revelando en la imaginación –y ahí permanece sin hacerse vieja.Isabel Zapata

 
 

Yo tenía doce años la primera vez
que caminé con una chica.
Hacía frío y yo llevaba el peso
de dos naranjas en mi chamarra.
Era diciembre. El hielo se partía
bajo mis pasos, mi aliento
helado, mientras caminaba hacia
su casa (la que tenía una luz amarilla
en el portón prendida día y noche).
 
Un perro me estuvo ladrando hasta que ella
se acercó quitándose los guantes,
la cara rojo brillante. Sonreí,
le toqué el hombro y así caminamos
varias calles, cruzamos un estacionamiento
una línea de árboles recién plantados
hasta que llegamos a la farmacia.
Entramos y tocamos la campanita
para llamar a la vendedora. 
Le pregunté a la chica qué quería
y se le iluminó la cara. Yo traía
un peso, pero el chocolate
que ella escogió costaba cinco.
No dije nada. Saqué la moneda
de mi bolsa, luego una naranja
y  puse las dos cosas en el mostrador.
La señora lo entendió todo y
se me quedó viendo. Yo
intenté sostenerle la mirada.
 
Afuera
los coches pasaban rapidísimo
y la niebla seguía colgando
de los árboles como abrigos viejos.
La chica y yo caminamos
tomados de la mano durante
dos cuadras, luego nos detuvimos
para abrir el chocolate.
Yo pelé una naranja que se veía
tan brillante en el gris de diciembre
que a la distancia parecía que
estaba haciendo fuego con las manos.~

traducción: IZ; versión original


Piedra de cocina es el espacio en que la poeta, traductora y editora (Ediciones Antílope) Isabel Zapata explora la relación –tensa o entrañable o erótica– entre poesía y comida. Sigan leyéndola.


Buenos días color naranja, Gary Soto–