El cheesecake más ligero del mundo

 

#Coautorías es la sección que dedicamos a hablar sobre los proyectos de nuestros patrocinadores. No hay de qué preocuparse: creemos en estos productos más allá de nuestra relación con los clientes.

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Es este.

No, en serio: es este.

Este cheesecake es como la cama de una nube que se echa a dormir sobre esa cama porque la siente súper rica. Como que se acuesta y dice con su voz de soñolienta nube pensativa: “De aquí soy; esta cama realmente superó mis expectativas de lo que puede ser una cama de veras suavecita y esponjosa.”

Este cheesecake es como un montoncito de plumas que tenemos en la mano y de pronto pasa un viento –pero no estamos al aire libre sino en el cuarto y traemos esas plumas en la palma de la mano, las plumas tal vez se le salieron a una almohada suavísima–, de pronto pasa un viento y se lleva las plumas, ni siquiera hay vientos en el cuarto, es un airecito cualquiera y las plumas vuelan y nosotros las vemos contra la luz de la ventana y decimos: “No importa.” Y ya nunca recogemos esas plumas. Se fueron. Así de ligeras eran.

Ligeras como este cheesecake, que parece dividirse entre echarse a dormir en la cama más suave del cielo y echarse a volar sin voluntad propia. Así nomás. Con alas que son puras plumas sin todo lo demás que tienen las alas.

INGREDIENTES

15 gramos mantequilla sin sal de Real California Milk (para engrasar el molde) + 60 gramos

6 huevos grandes (300 gramos sin cascarón)

300 gramos queso crema de Real California Milk

200 gramos crema para batir

60 gramos + 100 gramos azúcar

80 gramos harina de pastel

½ limón amarillo (la ralladura y el jugo)

2 cucharadas jalea albaricoque (para glasear)

2 cucharaditas agua caliente (para glasear)

Para este cheesecake van a necesitar un par de hojas grandes de papel encerado. Corten un círculo de 23 centímetros de diámetro para el fondo del molde, una tira de 10 x 76, que usarán para la orillla del molde y dos tiras de 5 x 76 que les servirán de “transporte”.

Engrasen el molde y el papel (el del fondo y de los lados) con 15 gramos de mantequilla.

Pongan las 2 tiras delgadas en el fondo del molde en forma de cruz. Luego, el papel circular del fondo (con el lado engrasado hacia arriba) y después el de la orilla (con el lado engrasado hacia adentro).

Precalienten el horno a 180 grados. (Van a hornear a 160, pero cuando abran la puerta para meter el pastel se perderá algo de temperatura.)

Pesen todos los ingredientes antes de comenzar. Hay que trabajar así, sobre todo cuando horneamos pasteles. Separen los huevos en yemas y claras. Refrigeren las claras.

Pongan una olla mediana con 5 centímetros de agua a fuego medio. Llévenla a un hervor ligero. En un tazón resistente al calor pongan el queso crema, 60 gramos de mantequilla, la crema para batir y 60 gramos de azúcar. Ahora coloquen el tazón sobre la olla.

Con una espátula de silicón aplasten el queso crema y la mantequilla. Cuando se hayan derretido, usen un batidor de globo para mezclar todo bien. Retiren el tazón del fuego y pónganlo en una superficie de trabajo.

Agreguen las yemas, una por una, al tazón, mezclando con el batidor; asegúrense de que cada yema se haya incorporado bien antes de agregar la siguiente.

Tamicen la harina, pasándola por un colador fino hacia el tazón. Mezclen con el globo. Ahora pasen toda la mezcla por ese mismo colador hacia un tazón limpio grande. Esto crea la textura sedosa de la mezcla.

Rallen el medio limón sobre la mezcla, con cuidado de no pasar de la parte amarilla (la blanca es amarga). Escurran el limón en un tazoncito aparte, cuidando de que no se les vayan semillas. Tomen 2 cucharadas de ahí y agréguenlas a la mezcla. Reserven.

Pongan una charola para hornear de paredes relativamente altas en el horno. Agréguenle agua caliente hasta que ésta alcance 2.5 centímetros de profundidad. Cierren el horno.

Pasen las claras de huevo frías a un tazón de batidora muy limpio y de preferencia frío. Batan a velocidad media hasta que las claras estén opacas y espumosas, unos 2 minutos. Agreguen 100 gramos de azúcar lentamente, en tres tandas, sin detener la batidora.

Cuando hayan incorporado toda la azúcar, incrementen la velocidad a alta y batan hasta que las claras hagan picos suaves a medios. (Es decir, cuando levanten el batidor y lo pongan viendo hacia arriba, las claras deben mantener su forma un par de segundos.)

Con un batidor, agreguen ⅓ de las claras a la mezcla del queso crema. Luego agreguen otro tercio de las claras con movimientos envolventes. Por último, pasen la mezcla al tazón de la batidora (donde tienen el último tercio de claras) y mezclen envolviendo muy gentilmente.

Pasen la mezcla al molde empapelado toda de una vez para evitar pequeños huecos con aire. Denle unos golpecitos al molde contra la mesa de trabajo para que salga todo el aire.

Coloquen el molde en la charola que está en el horno. Reduzcan la temperatura a 160 grados y horneen 70-75 minutos. Reduzcan la temperatura a 150 grados y horneen 10 minutos más o hasta que la superficie esté dorada y un palillo largo que inserten en el cake salga limpio.

Apaguen el horno y, sin sacar el pastel, dejen la puerta entreabierta 15-20 minutos. (Si lo sacan de inmediato, puede encogerse o colapsar.) Debe reducir su tamaño poco a poco, de unos 10 a 5 centímetros. Retiren el molde del horno. Gentilmente saquen el pastel usando las tiras de papel (que alguien les ayude: se necesitan 4 manos). Quítenle el papel a la orilla del pastel, dejen el de la base. Mezclen la jalea con 1 cucharadita de agua en un tazón. Pinten la parte superior del pastel con esta mezcla. Dejen que baje hasta temperatura ambiente. Luego métanlo al refri y déjenlo ahí al menos dos horas. Ya trabajaron un montón hoy. Regálense una ducha y una siesta o unas copas de vino. (O las tres cosas.) Sean pacientes. Este cheesecake no se va a ir a ningún lado.

*despierta de la siesta al otro día. ya no hay cheesecake*~