Un refresco de naranja

 

#Coautorías es la sección que dedicamos a hablar sobre los proyectos de nuestros patrocinadores. No hay de qué preocuparse: creemos en estos productos más allá de nuestra relación con los clientes.

fotos: Ana Lorenzana

Hagamos esto: consideremos la naturaleza del refresco. 

Si ustedes por alguna razón buscaran esa palabra en el diccionario, encontrarían que refresco es una “bebida fría o del tiempo”; o que es un “agasajo de bebidas, dulces, etc., que se da en las visitas u otras concurrencias”; o que es un “alimento moderado o reparo que se toma para fortalecerse y continuar en el trabajo”. Todas las acepciones son bonitas, llenas de textura y sorpresa, especialmente para quienes hablamos español mexicano y estamos acostumbrados a unir la palabra ‘refresco’ a una bebida azucarada que venden en la tiendita. 

Pensémoslo, entonces: elementalmente, refresco es una bebida fría; una bebida que podemos hacer nosotros mismos y que no calentamos: la guardamos para que nos dé frescura y solaz. 

Más aún: refresco es un agasajo. Es decir, refresco es lo que hacemos cuando tratamos con atención expresiva y cariñosa a alguien; o cuando la o lo halagamos o favorecemos con regalos o con otras muestras de afecto o consideración. Un refresco es lo que damos cuando le decimos a alguien: ten, bebe un poco, el calor es tremendo; o: ten, bebe un poco, te quiero, eres un ser querido por mí y quiero demostrártelo de alguna forma. Toma este vaso.

Más aún: refresco es un reparo. Es una restauración, un remedio. Hoy es un día como los 253 mínimos días laborables de 2019 y un refresco es un alimento cualquiera, por ejemplo este que te ofrezco en este vaso, que te dará fuerza, la fuerza necesaria para seguir con el trabajo. Hay descanso en tu futuro, aunque hoy debes trabajar un poco más.

Ahora, ten este refresco:

INGREDIENTES
100 gramos azúcar
100 mililitros agua
1 + ¼ naranja orgánica (sólo la ralladura)
Hielo molido
2 cubos hielo
2 clavos
2 cápsulas Nespresso (80 mililitros en total)

En una olla pequeña calienta la azúcar, el agua y la ralladura de 1 naranja a fuego medio hasta que la mezcla empiece a hervir suavemente. Retírala del fuego y resérvala 5 minutos. Cuela el líquido. 

En un vaso de 350 mililitros pon hielo molido, dejando unos 3 centímetros de espacio. Agrega 50 mililitros del jarabe de naranja. 

En un shaker, pon los 2 hielos y los 2 clavos. Prepara ahí las 2 cápsulas de Nespresso. Agita, agita, agita. Y cuela el líquido pasándolo al vaso con el hielo molido.

Y esto que tienes en tu mano ahora mismo; esto, para que veas, es un refresco. En toda la extensión de la palabra.~