Un martini, por favor

 

#Coautorías es la sección que dedicamos a hablar sobre los proyectos de nuestros patrocinadores. No hay de qué preocuparse: creemos en estos productos más allá de nuestra relación con los clientes.

fotos: Ana Lorenzana

Estás en el recibidor de un hotel en un ebullescente punto cercano al trópico. El calor veraniego te trepa por el cuello con sus cuarentaitantos grados de puro bochorno, pero no puedes distraerte. Tienes que prestar atención a ese sujeto que desciende de una limosina rodeado de gorilas con lentes oscuros que miran discretamente a los lados mientras hablan por micrófonos en sus solapas.

Más que al sujeto, donde debes dirigir tu atención es hacia su maletín, ese rectángulo forrado en piel negra que transporta un secreto que podría sacudir a una nación entera: una mezcla inusual, inesperada, inspiradora.

El hombre se ha sentado en el sillón del lobby y es hora de empujar el carrito de maletas hacia el elevador mientras los gorilas te dan la espalda. Ocupados en vigilar la puerta del hotel, los guardias pierden de vista el maletín un segundo. Con eso basta para que, deslizándote como una sombra, coloques el maletín en tu carrito y dejes otro idéntico en su lugar. Apenas terminas de realizar el cambio cuando la cita del hombre del maletín aparece. Qué sorpresa se va a llevar cuando llegue a casa. Te metes al elevador y desapareces.

Un par de horas más tarde, reapareces en el recibidor, donde el calor aún no ha cedido del todo. Estás irreconocible: el uniforme ha dejado paso a tu ropa nocturna, y el maletín ha desaparecido para siempre. Nadie podría confundir a aquella modesta botones con esta espigada espía. Te acercas a la barra —necesitas urgentemente un trago, y sabes perfectamente qué vas a pedir— y deslizas la nota que hallaste dentro del maletín hacia el bartender, quien te mira con extrañeza pero accede a prepararla. Mientras lo hace, piensas en aquellos que pensaron que ese trabajo no era para ti: en todos aquellos que una mujer no podría ser la mejor espía del mundo.

A la salud de esos conservadores va este Nespresso martini: no agitado, revuelto.

INGREDIENTES
1½ oz tequila
½ oz licor de café
1 cápsula Flat White Over Ice

Prepara el Flat White en espresso. Coloca todos los ingredientes en un shaker y agita vigorosamente. Sirve todo en un vaso old fashion con hielo y coloca, hasta arriba, una ralladura de chocolate con sal. Listo. Es hora de refrescarse antes de salvar al mundo de nuevo.~