The Cranberry Zombie

 

fotos: Ana Lorenzana

#Coautorías es la sección que dedicamos a hablar sobre los proyectos de nuestros patrocinadores. No hay de qué preocuparse: creemos en estos productos más allá de nuestra relación con los clientes.

 
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El zombie clásico es un coctel de jugos de frutas, licores y ron. Por supuesto, el ron remitía –para las mentes hollywoodenses que crearon ese coctel hace ochenta años– a islas caribeñas, islas donde gracias a magia vudú se podía o se puede traer al muerto de la tumba y someterlo a la voluntad del mago. La tradición del zombie caribeño tiene algo de triste: la de un hombre o una mujer incapaces de descansar, incapaces de desatarse de este mortal enredo, incapaces de dormir, acaso de soñar: of shuffling off this mortal coil, como escribió el viejo bardo. La tradición del zombie caribeño implica someter a una mujer o a un hombre a la vida; o sea: impedirle la muerte. Salvar a un zombie caribeño implica decirle: ven, descansa: es tu hora ya.

Pero ¿qué pasa si extraemos lo caribeño del coctel zombie? Entonces se abren las puertas de todos los zombies de todas las tradiciones y culturas. Y esas puertas abiertas dejan entrar la fiesta y el desmadre. Zombies que salieron de la tumba para comer sesos sin fin, para causar desastre, para hacer ruido, para juntarse con otros zombies como en enormes hormigueros, para destruir el capitalismo, para tirar el patriarcado, para restablecer sobre la tierra la ley de la no-ley. Cuando le arrancas lo caribeño al zombie –es decir, la naturaleza del zombie en busca de un descanso–, creas un zombie incansable. Un zombie verdaderamente inmortal. 

Y un zombie inmortal es lo que nos propone este mes Enrique Corona, brujo vudú y bartender de Le Meridien. Trae mezcal Barro de Cobre. La fiesta continúa.

INGREDIENTES
Espuma de cítricos
2 onzas Barro de Cobre
1 onza jarabe de piloncillo
2 onzas jugo de arándano
4 hojas albahaca morada (garnish)

Si tienen un sifón, hagan ahí una espuma de jugo de limón; si no, mezclen unas cucharadas de jugo de limón amarillo con una clara de huevo en un tazón pequeño frío y batan hasta formar una espuma.

En un shaker con hielos, agiten los líquidos. Pasen, colando, a un vaso con hielo, agreguen la espuma de limón y decoren con la albahaca. Salud por que ningún muerto descanse nunca. Salud por la revolución que comienza bajotierra.~