Una mirada al pasado

 

Faltan apenas unos días para marcar el primer aniversario del más reciente terremoto que sacudió nuestra ciudad. Recordarlo acelera el corazón y pone la piel chinita. Fueron días de miedo y reconciliación; nos caímos y enseguida nos levantamos. Fueron meses en los que caminábamos por las calles viéndonos todos a los ojos, como tratando de decir “estoy contigo, estamos juntos”. No sobra recordarlo sino al contrario. Hay que revivir todos los días ese carácter.

A esa ciudad, que se deshace frente a nosotros y parece que se nos olvida, es a la que le tenemos que apostar. Los humanos sufrimos de memoria corta, cortísima. Pero la naturaleza –y sus huracanes, temblores, inundaciones, calores, cambios repentinos en el clima, nubes que en vez de vapor de agua son cúmulos de emisiones de coches y fábricas– está ahí para recordarnos todos los días que la estamos cagando. Hagámosle caso.

Podemos mirar al pasado para corregir los errores del presente. ¿Un ejemplo? Las chinampas. Estos islotes de tierra fértil en el lago de Xochimilco fueron construidos hace más de mil años para sembrar vegetales en ellos. No es posible saber qué pueblo diseñó originalmente este sistema de agricultura, pero sí sabemos que, en parte, fue gracias a la producción chinampera que el Imperio Azteca logró su expansión y poderío en gran parte de Mesoamérica.

Hay sabiduría en quienes, en lugar adaptar las tierras a sus necesidades, adaptan sus necesidades a la tierra. La zona chinampera de Xochimilco aún existe y es Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1987. El año pasado las chinampas fueron catalogadas como Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial de la FAO. Aquí es donde entra Yolcan, que significa ‘tierra de origen’ en náhuatl, un proyecto que busca conectar agricultores locales, consumidores responsables, académicos, artistas y cocineros de la Ciudad de México.

Yolcan trabaja de la mano con las familias chinamperas de Xochimilco y promueve el consumo de sus productos a través de la venta de canastas y experiencias gastronómicas. Para unirte a la comunidad yolcanista sólo tienes que registrarte en su página, escoger el tipo de canasta que quieres y recogerla una vez a la semana en un punto de entrega cerca de tu casa. Si lo quieres aún más fácil, existe la opción de entregas a domicilio.

Sobra decir que son vegetales orgánicos, frescos, de temporada y locales. Comprando estas canastas no solo ayudas al medio ambiente, también a las familias que por generaciones se han dedicado a las chinampas y que ahora tienen abandonadas por falta de ingresos. Éste es un círculo de comercio donde todos ganan.

“La agricultura chinampera arroja luz sobre cómo podemos reconciliarnos con nuestra tierra, sanar heridas con la población chinampera, para al mismo tiempo darle nueva vida, salud, vegetales deliciosos y experiencias culturales a los habitantes de la Ciudad de México”, nos cuentan en Yolcan. Y es que todo se trata de reconciliarnos con nuestra ciudad. Recordar los momentos malos que hemos pasado, como el S19, sólo sirve para amarla más y hacer lo posible por rescatarla.~


Para conocer más acerca de Yolcan, unirse a la comunidad o participar en sus experiencias gastronómicas vayan a: www.yolcan.com