Sólo tres palabras

 

Las palabras se gestan como un ser vivo. En una especie de capullo o de placenta o de huevecillo van adoptando su forma: parece que ya van a ser como son ahora, les crecen los sonidos, van dándole sus rasgos la lengua, el paladar, la garganta, el aire que pasa entre los dientes y los labios, a veces la nariz. Luego nacen, crecen, si tienen suerte se reproducen, cambian, se afinan o se pulen como una piedrita, cada vez que las decimos estamos contribuyendo a que permanezcan vivas, a que muten también. Luego, a veces, mueren y nadie las vuelve a oír o a pensar hasta que llega una arqueóloga de las palabras y desentierra su fósil y dice: Esta palabra existió.

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Esta semana les traemos un par de historias de palabras. Una es ‘pizza’. Qué linda palabra. Nadie sabe cuándo nacieron las pizzas –el pan plano es el más antiguo del mundo, seguramente es un pan prehistórico– pero sí hay una primera aparición, estelar, de la palabra pizza: es del año 997. Pum! Un estudioso la asocia con pinsiare, que es ‘machacar’, ‘moler’, y por tanto con ‘pesto’; una filóloga, más colorida, con bizzo, que es hermana de bite, ‘morder’ y ‘bocado’. Lo que cabe en la boca es poca cosa: a bit o, como dicen en portugués cuando quieren significar ‘un poquito’: um bocadinho. Otra es ‘cacao’, todavía más linda. Por supuesto que esta apareció en español con los conquistadores de México, maravillados como estamos todos con esta fruta y con su bebida, el chocolate. Qué lujo: “Sacavan muchas maneras de cacao, hechos muy delicadamente, como son xoxouhqui cacaoacintli, cacao hecho de maçorca tierna de cacao, y es muy sabrosa de bever; cuauhnecuyo cacáoatl, ‘cacao hecho con miel de avejas’; xochyo cacáoatl, ‘cacao hecho con ueinacatzli’; xoxouhqui tlilxochyo, ‘cacao hecho con tlixóchitl tierno’; chichíltic cacáoatl, ‘cacao hecho colorado’; uitztécul cacáoatl, ‘cacao hecho bermejo’”, y quién sabe cuántas más. Palabra por palabra, la historia de las palabras es tan emocionante como la historia de la humanidad, persona por persona.

(Hace unas semanas les habíamos traído una exploración de cómo llegó al español la palabra ‘chile’ en la mera época de las exploraciones. Pueden leerla acá.)

En asuntos relacionados, acá hay una fantástica crème brûlée de mamey y chocolate; acá, un pastel con chocolate para no llorar demasiado cuando abandonen a alguien (o, mala suerte, alguien los abandone a ustedes); y acá, un lamento por el chocolate y otras comidas en peligro de extinción. ¿Y de pizzas? Acá pueden seguir a una pizza por las calles de Los Ángeles, escondiéndose de los paparazzi y por acá pueden hacerse una pizza de chipotle y aguacate (pero siempre oyendo música, si no cocinar como que no apergolla).

En fin. Es nuestra obligación invitarlos a nuestras redes, donde siempre hay pizza y chocolate. Estamos en facebook, twitter e instagram. Bienvenida cualquier charla. Si recibieron por error este newsletter, vayan acá. Si no, aquí estaremos el próximo lunes. Mientras tanto, paseen por nuestro sitio. Hay tequila, un montón de foto y decenas de recetas.

Ora sí: adiós.