El momento del tequila

fotografías: Ana Lorenzana

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Si le preguntan a Juan Pablo Arav, de Revolución, él no tiene duda: “Estamos en el momento del tequila”, dice. Del cien por ciento agave, “en todas sus expresiones”. Se le ve en cocteles “como la tradicional margarita o la paloma”, en maridajes platillos mexicanos y diferentes tipos de tequilas extra añejos. Por supuesto, esta tendecia tiene un reflejo feliz en en los volúmenes de venta. Juan Pablo tiene los números para probarlo. “Sólo en Estados Unidos, el mercado más grande de exportación de tequila, el consumo de los tequilas súper prémium ha crecido más de 700% en los últimos 10 años.”  Tequilas como el cristalino de Revolución –un extra añejo con más de tres años en barricas– han hecho migrar a los consumidores tradicionales de vodka o whisky.

 
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La carrera del tequila no tiene, por supuesto, diez años de echada a andar. Arav la data hace más de un siglo. “La revolución mexicana provocó una nueva actitud en favor del tequila”, dice. “El país completo buscó costumbres y tradiciones propias para fortalecer la identidad mexicana después de abatir a la dictadura.” Entonces el tequila “se convirtió en un símbolo de identidad nacional y bebida preferida de los mexicanos”.

Como la cocina nacional, el tequila está enlazado a la identidad mexicana. “La comida mexicana y el tequila convergen en las tradiciones de México. No se pueden separar.” No importa cuánto cambie el mercado. Y miren que ha cambiado. “El primer tequila que lanzamos al mercado hace más de veinte años fue un reposado”, recuerda Arav. “Era la categoría más popular en México. Hoy Revolución tiene siete tequilas diferentes. En la historia de la marca, “el tequila ha pasado de ser visto como un reposado en caballito o mezclador a un destilado tan refinado y reconocido como el cognac o los whiskys single malt”, para ser degustado “en una copa tequilera donde resaltan todos sus aromas y sabores”.

Y ya que estamos en eso, ¿por qué no nos echamos una catita de los siete Revolución? Al fin que tenemos la tarde libre. Empecemos por el Revolución Blanco Orgánico, en el que resaltan los sabores más puros del agave azul. Continuemos con el Revolución Reposado, un tequila de insuperable suavidad, que pasa diez meses en barricas de roble blanco, y en el que implotan notas frescas de especias, vainilla, miel y caramelo. Luego, probemos el Revolución Añejo, un tequila robusto, complejo, y con un suave final y equilibrado. ¿Perciben las notas de agave, caramelo, madera, miel y tabaco? Nosotros también.

El Revolución Extra Añejo Cristalino ha sido añejado 36 meses en barricas de roble blanco, lo que le aporta un refinamiento difícil de igualar. Ahora, el elegante Revolución Extra Añejo Roble Americano. Éste tiene 36 meses en barricas de roble americano, y es como una canastita de aromas de roble, vainilla, tabaco, canela y frutos secos. Ahora, para terminar, un Revolución Extra Añejo Roble Francés, el más exclusivo de todos: gran tequila, añejado durante casi cuatro años en barricas de roble francés. Es un tequila meditabundo, casi otoñal, con notas de café, cuero, madera y frutos secos.

 
 

¿Tienen otro ratito? Qué bueno, porque queremos contarles que Revolución se ha unido en una colaboración con la artista mexicana Marina Silva, quien intervino las botellas para crear piezas únicas pintadas a mano. Son piezas inolvidables. Háganse de una ya. Porque, como dice Juan Pablo, “el momento del tequila es ahora”.~