#PiedradeCocina: Guiso al estilo de Oporto

 

“Todas las cartas de amor son ridículas. No serían cartas de amor si no fueran ridículas”, le escribió Fernando Pessoa, bajo su heterónimo Álvaro de Campos, a su enamorada, Ofélia Queiroz. Erafebrero de 1920, y el poeta, melodramático como era, le había declarado su amor a la muchacha, que trabajaba con él en la misma oficina, una noche en que se habían quedado sin luz. Ofélia salió despavorida, sí, pero la escena la gustó: lo sabemos porque a esa carta le siguieron otras cuarenta que relatan (ridículamente, como debe ser) su historia de amor. ‘Guiso al estilo de Oporto’ es parte de esa colección. –Isabel Zapata

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Un día, en un restaurante, fuera del espacio y del tiempo,
me sirvieron el amor como guiso frío.
Dije delicadamente al misionero de la cocina
que lo prefería caliente,
que el guiso (y era al estilo de Oporto) nunca se come frío. 

Se impacientaron conmigo.
Nunca se puede tener razón, ni en un restaurante.
No comí, no pedí otra cosa, pagué la cuenta,
y me fui a pasear por la calle.

¿Quién sabe qué quiere decir esto?
Yo no lo sé, y me pasó a mí…

(Sé muy bien que en la infancia de todos hubo un jardín,
particular o público, o del vecino.
Sé muy bien que nuestro juego era dueño de él.
Y que la tristeza es de hoy).

Sé eso muchas veces,
pero, si yo pedí amor, ¿por qué me trajeron
guiso al estilo de Oporto frío?
No es plato que se pueda comer frío,
pero me lo trajeron frío.

No me quejé, pero estaba frío.
Nunca se puede comer frío, pero vino frío.~

traducción: Alejandro García


Piedra de cocina es el espacio en que la poeta, traductora y editora (Ediciones Antílope) Isabel Zapata explora la relación –tensa o entrañable o erótica– entre poesía y comida. Sigan leyéndola.


Y acompáñennos a Lisboa, la ciudad de Pessoa, la ciudad más bonita del mundo.