Piedra de cocina

 

por José Watanabe

Dice José Watanabe (1945, Perú) en su Elogio del refinamiento: “Y yo vuelvo a mi padre, aquel otro japonés que sin verdadera intención educativa me traducía, en medio del pleito de pollos y patos del corral, los poemas de Bashó”. Acaso el deber de un poeta (si es que existe algo semejante) es justamente ése: encontrar destellos en la oscuridad interminable de lo cotidiano. En “Piedra de cocina”, Watanabe cumple cabalmente y encuentra luz en una mujer que, cuchillo en mano, destaza en la cocina los cadáveres de los animales que habrá de cocinar. –Isabel Zapata