Una emergencia ambiental

 

Son días de contingencia ambiental en el DF. No dejamos de hablar de nuestra inconformidad ante las decisiones del gobierno, ante el transporte público, ante las empresas de transporte privado. Se diría que nacimos en auto, que las piernas dejaron de funcionarnos y que, en general, hemos perdido el don del movimiento, como aquellos un poco repulsivos personajes de la colonia espacial de Wall-E (wikipedia de Wall-E), la película de Pixar, incapaces de gastar una gota de sudor en ir de un lado a otro:

 
 

Son días de desastre ecológico urbano, vaya, pero creemos que vale la pena traer a colación un asunto igual o más urgente que la circulación de los autos: el impacto ambiental de la crianza de reses para alimento humano. En HojaSanta no somos ningunos expertos, pero queremos poner en esta página algunas señalizaciones que los llevarán con los que sí saben. Ya prácticamente no hay estudio que ignore que la producción de carne de res es más dañina que la de cualquier otra carne: requiere 28 veces más tierra que el puerco y el pollo, once veces más agua y genera cinco veces más emisiones que resultan en calentamiento global. Eso sólo considerando crianza animal. Piensen en vegetales como la papa, el trigo o el arroz: cada caloría de res requiere 160 veces más tierra que cualquiera de ellos y emite once veces más gases de invernadero. Es una locura. Dejar de comer res, dicen otros expertos, sería más beneficioso para el planeta que dejar de usar el auto.

Otro punto importante: el grano que se utiliza para alimentar a las vacas que nos comeremos después podría ser utilizado de una forma más inteligente o más eficiente. Según algunos investigadores, las tierras que existen en el mundo (no las dedicadas a la crianza vacuna) podían alimentar a 3 mil millones de personas más y las tierras dedicadas a engordar ganado alcanzarían para alimentar a 4 mil millones de personas más. Es decir, el doble de lo que se espera (o teme, mejor dicho) crezca la población mundial de aquí al año 2050.

En fin. No queríamos alarmarlos (demasiado) pero tampoco queríamos dejar pasar este asunto en estos días de contingencia. Si andan con tiempo, les recomendamos este estudio: Tackling climate change through livestock. Si andan con menos tiempo pero con ganas de darse una empapada en el asunto, vean Cowspiracy (2014). Está en Netflix. Acá va el tráiler:

 

 

Ya que estamos hablando de emergencias: piensen en el lado oscuro del maíz.