Barro de Cobre: Oaxaca My Love

 

#Coautorías es la sección que dedicamos a hablar sobre los proyectos de nuestros patrocinadores. No hay de qué preocuparse: creemos en estos productos más allá de nuestra relación con los clientes.

foto: Ana Lorenzana

 
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El protagonista de Léolo, tal vez la película más bella y triste que se ha hecho, es un niño canadiense enamorado de Italia. “Nadie tiene derecho a decir que no soy italiano”, considera. Su nombre es Léo Lauzon, pero él, con todo el derecho del mundo, se hace llamar Léolo Lozone, con acento y dicción italiana. Su amor se extiende a una vecina, Bianca, a la que mira tender la ropa de vez en cuando. “Bianca mon amour –le dice Léolo desde su cuarto, con el poder telepático que concede la doble circunstancia de tener doce años y estar enamorado–, mon bel amour, mon seul amour. Mon Italie.” A veces, un lugar cifra todo lo que entendemos por amor: lo bello, lo único, lo irrepetible.

Piensen en Oaxaca.

Oaxaca es la tierra prometida de muchos que hacen de la comida el centro de su existencia. En Oaxaca está una redención final, una especie de alivio o de descanso. En Oaxaca, para estas personas (que bien podrían ser ustedes o yo), hay la posibilidad de decir: Por fin, y entonces cerrar los ojos. En Oaxaca están las manos salvadoras, el maíz criollo, el enorme comal de barro y cal al que volveremos todos, los moles más antiguos que los mitos, la protesta, el puño alzado, las sopas de guías, los chapulines, las tlayudas, el quesillo, el tasajo asado en un pasillo humeante, la tetela como un último sudario. Y por supuesto el mezcal. Oaxaca puede cifrar lo que entendemos por amor: lo bello, lo único, lo irrepetible. Ahora ustedes, cuando quieran hablar telepáticamente con alguien a quien amarán hasta el fin de los tiempos, que es mañana, digan su nombre y agreguen: “Mi amor, mi dulce amor, mi único amor. Mi Oaxaca.”

Si nadie los escucha, háganse un Oaxaca My Love, obra de Julio César Ramírez, bartender y oaxaqueño honorario de Catamundi. Y si ese alguien los escucha, entonces hagan dos Oaxaca My Love y compártanlos hasta el fin de los tiempos. Es mañana.

INGREDIENTES
4 rodajas kiwi
2 onzas mezcal Barro de Cobre
1 dash jugo de limón
1 onza jarabe natural
Refresco de limón (¿qué le van a poner? ¿Sprite?, ¿limonata de S. Pellegrino?, ¿Yoli?)

Maceren 3 rodajas de kiwi en un vaso. Agreguen hielo, el mezcal, el limón, el jarabe y mezclen bien. Llenen con el refresco de limón y decoren con la rodaja de kiwi que les sobra.~