#LifeHack: Mayonesa japonesa

 

@Wikicommons

Acá en HojaSanta a veces hiperbolizamos, es muy cierto. Hemos dicho que la cochinita es el plato más bello del mundo, que la porchetta lo es, que el club sándwich es la máxima expresión de lo emparedado, etcétera, etcétera. Nos dejamos llevar, a veces. Pero créannos: la mayonesa Kewpie, la japonesa en botella de plástico aplastable, con un bebé de brazos abiertos como etiqueta, es La Mejor Mayonesa del Mundo. Compárenla con cualquier otra: es más suave y delgada de textura, más ácida de carácter, más especiada y tiene mucho más umami (obra de glutamato monosódico monamour). La venden en todos los súpers asiáticos, pero es relativamente cara comparada con las mayonesas locales. Si una Hellmann’s Clásica (nada contra ella: es una gran aliada) anda en 35 pesos por 750 gramos, una Kewpie andará en 110 pesos por 500 gramos. Los vale totalmente, cierto, pero he aquí que por el puro gusto y por si ustedes son como nosotros y de pronto les gusta hacer estas cosas en casa, les trajimos una receta para hackear una Kewpie (les va a salir como una taza en total). Y dice.

 

INGREDIENTES

2 cucharadas vinagre de arroz

1 cucharada más 1 cucharadita vinagre de malta

1 cucharadita sal

½ cucharadita glutamato monosódico

½ cucharadita polvo de mostaza japonesa

1/8 cucharadita hondashi

1/8 cucharadita ajo en polvo

2 yemas de huevo

1 taza aceite vegetal

 

En un tazoncito mezclen los vinagres con la sal, el glutamato, la mostaza, el hondashi y el ajo en polvo hasta que todo se haya disuelto.

Pongan las yemas en una licuadora o un procesador; agreguen la mezcla de vinagres.

Licúen o procesen y sin detener el motor agreguen el aceite lentamente para crear una emulsión. Listo.

Algo sobre los ingredientes. Parecen un poco intimidantes a primera vista, pero en un viaje al súper oriental (dos favoritos: Mikasa en la Roma y M-Market en la Juárez) con 200 pesos van a conseguir todo salvo, quizás, el vinagre de malta. (De ese luego tienen en La Europea y similares.) Y les va a sobrar para hacer decenas de mayonesas –y querrán hacerlas, de veras– y dashis y arroz de sushi y quién sabe cuántas cosas más. El glutamato monosódico se consigue como ajinomoto; no le tengan miedo, ya Harold McGee destruyó el mito de que es perjudicial (ejemplo) y otro grande, Jeffrey Steingarten, hizo lo propio en ‘Why Doesn’t Everyone in China Have a Headache?’, un ensayo reunido en It must have been something I ate (librazo, cómprenlo).

mayonesa-receta-japonesa

Ahora pónganle mayonesa “japonesa” a todos los sándwiches del mundo.


Por si se lo preguntaban, acá está la pronunciación de ‘kewpie’ en japonés: